MITOS

Los mitos en los cuales se cree tienden a volverse realidad - George Orwell

¿Usamos solo el 10 % de nuestro cerebro?

No es cierto; empleamos el 100% de nuestro cerebro.

¿Por qué Continúa el Mito?

     De alguna forma, en alguna parte, alguien empezó este mito y los medios informativos aún lo repiten. Rápidamente, todo el mundo creyó esta afirmación, a pesar de la evidencia.

     Según los seguidores del mito, si aprovecháramos mejor nuestro cerebro, realizaríamos increíbles hazañas de memoria y tendríamos otras habilidades mentales fantásticas (mover objetos con un simple pensamiento).

     Pero es que, además, es facilísimo probar hoy en día qué porción de nuestro cerebro usamos. Una simple TEP (Tomografía por Emisión de Positrones), una prueba de medicina nuclear, pone de manifiesto lo que pasa en realidad: aunque algunas funciones simples sólo usan pequeñas partes del cerebro, otras (como, por ejemplo, tocar la guitarra) utilizan la gran mayoría de las neuronas. Y si sumas las que se utilizan para todas las acciones que realizas en tu vida diaria…pues sí, utilizas prácticamente todo el cerebro, como es lógico.

     Es que los que las sostienen no tienen ni la más pequeña prueba científica de que son ciertas, ni mantienen una postura racional: es más bien una emoción o una creencia, y no hay manera de argumentar que los convenza de lo contrario.


¿POR QUÉ SE EXTIENDEN LOS MITOS?

     El mito se ha transmitido:

- Involuntariamente por individuos que simplemente creían en él.

- Deliberadamente por aquellos que podían obtener algún beneficio del mismo.

     Por ejemplo,

- como argumento para defender la validez de la neuropsicología.

- Algunos partidarios de los fenómenos paranormales propagaron esta creencia para justificar los poderes psíquicos y afirmar que, mediante un    
entrenamiento apropiado, el 90% del cerebro humano "inutilizado" serviría para llevar a cabo la telequinesis y la percepción extrasensorial.


EL PROBLEMA ES EL SIGUIENTE:

- Falta de respeto hacia la evidencia, hacia el conocimiento.

- No se ha analizado, evaluado ni razonado la argumentación que lleva a la exposición de la idea.

- No se ha identificado ni rechazado una falsa idea, ni buscado el conocimiento y evidencia que se ajusta a la realidad.

- Hay una falta de respeto hacia la evidencia y el razonamiento.

- No se ha respondido adecuadamente a las creencias infundadas, cambiando el punto de vista.

- No se ha pensado y asimilado la información de forma más comprensiva

- Es que los que las sostienen no tienen ninguna prueba científica de que son ciertas, ni mantienen una postura racional. Es más bien una emoción o una creencia, y no hay manera de argumentar que los convezca de lo contrario.

Resumiendo, no se ha afrontado la cuestión mediante un RAZONAMIENTO CRÍTICO.